La puerta está abierta....

Por si alguien decide entrar, por si alguien quiere decir algo...la puerta está abierta. No se mé ocurre otra forma mejor de empezar que dejar que corra el aire.

Pensamientos para digerir

En las cocinas hemos aprendido útiles lecciones, sobre todo para vivir. En ellas nuestras madres, abuelas y en general las mujeres que las han habitado, nos han ensañado normas de convivencia, de educación y de otros aspectos de la vida. También es un buen lugar para las conversaciones íntimas, para las risas, para las lágrimas, sin olvidar que nos acerca a esa buena costumbre de la hospitalidad, un vino, un pedazo de queso, un poco de salao...aunque sea un poco de agua fresca. Por eso y por mucho más me gusta escribir desde la cuina, porque es el sitio de mi casa que más me gusta








domingo, 13 de septiembre de 2015

Alta gastronomía... Nazario Cano

Uno de los placeres que estamos disfrutando en esta época es la gastronomía. El respeto por los productos, la recuperación de los sabores auténticos, cuidadas presentaciones y el conocimiento de las técnicas tanto tradicionales como innovadoras ha convertido el acto humano de alimentarse en un momento de ocio y disfrute para algunas personas.
La oferta de restaurantes, gastro-bares y demás locales que ofrecen experiencias atractivas crece constantemente, hasta el punto de que algunos hablan de la "burbuja gastronómica".
Junto a  esta extensa oferta o muy lejos de ella, depende cómo se mire, habitan en este universo unos seres especiales, que parece hayan nacido con el don de convertir la gastronomía en arte.
Para mi lo que les diferencia es su creatividad, su capacidad de convertir un plato en un viaje sensorial en el que con los aromas, texturas, colores y sabores te dibujan un paisaje o te evocan sensaciones.  Llenar la mesa, de una forma armónica, de bocados definidos por sus propios aromas, colores y naturaleza, recreando la cultura gastronómica de una tierra para mi es obra de genios.
Y esa es la sensación que tuve en la "ceremonia" gastronómica que brinda Nazario Cano.
Que para darte la bienvenida sobre el centro de mesa vuelquen un líquido que provoque una suave bruma de olores reconocibles te prepara para abrir todos los sentidos, relajarte y disfrutar.

Encuentras sobre la mesa, en breves representaciones, alusiones a la naturaleza mediterránea, del mar y de la tierra, y en los platos su esencia trabajada con imaginación, pasión y respeto.  Morder el aroma de las brasas es una experiencia difícil de olvidar o sentir en el paladar dos sabores tan intensos como el del turrón y el foie que se diferencian y complementan en un sólo bocado son algunas de mis percepciones más intensas al probar las propuestas  de Nazario Cano. Sólo me faltó medir mis fuerzas, aceptar que mi estómago no tolera bien bien  más de seis o siete platos en una sesión, por larga que la hagamos.

 Podríamos contar la trayectoria de Nazario Cano, su intensa vinculación con los fogones desde niño, su intenso chapuzón en la cocina peruana...lo que no sé si se puede describir  es lo sublime de sus creaciones.






domingo, 30 de agosto de 2015

Septiembre 2015

La semana que viene empiezo un nuevo curso. Ya no voy al cole, más sigo aprendiendo, probando, conociendo, descubriendo, haciendo ejercicios...Encuentro personas con las que aprender cada día, por suerte.
Empiezo feliz, ilusionada, con nuevas asignaturas en las que volcaré mi esfuerzo. El curso que he cerrado estas vacaciones me ha dado tanto que sería una necedad guardarme toda esa fuerza y alegría y no gastarla en nuevos intentos.
Soy muy afortunada. Algunos y algunas de mis compañeras y compañeros de otros años siguen a mi lado, de una forma u otra permanecen en mi. A otras quizá ya no las encuentre, más he aprendido que con algunas personas la vida sólo nos depara encuentros fugaces, destellos de vida. Y seguro que conoceré nuevos y nuevas compañeras de viaje, algunas ya han ido dibujando su forma en mis sueños...
He aprendido lecciones en lo que, como mínimo es ya la mitad de mi vida, que seguro me ayudarán a andar por nuevos caminos. Certezas como que la bondad no es sinónimo de tontería, que hay personas que me quieren y a las que quiero y que por ello vale la pena dejarse la piel, que somo más ricos cuando nos sumamos y que quede tanto por hacer puede ser una bendición, me hacen sentirme bien, sonreír con una sonrisa franca y sincera.

Como los niños llegaré el primer día de clase bien aseada, con ese cosquilleo en el estómago que nos produce lo nuevo, preparada la libreta y los lápices de colores. Respiraré ese olor que hacen los libros nuevos, En mi ánimo, dar lo mejor de mi, no guardarme ni ápice de fuerza, hacerlo lo mejor que sepa y compartir con humildad todo lo que ya he aprendido y por lo que siento un inmenso agradecimiento a todos y todas los que me han enseñado tanto.
 Comparto mi deseo de compartir, de vivir, de mantener esa mirada inquieta de los niños, ávida de paisajes, gestos, sabores y conocimientos. De corazón, ¡feliz nuevo curso!

domingo, 2 de agosto de 2015

Juanita

Juanita llegó a casa en la primavera de 2014, antes del calor. Lo recuerdo porque desde que Mussi me había dejado yo no quise buscar otra gata, por lo menos hasta que pasara el verano y pudiera educarla dentro de casa, sin que se escapase al patio.Sin embargo una buena noche apareció en casa. Mis sobrinas se habían ido a pasear con su perro y en el camino de vuelta a casa les habían seguido dos cositas peludas, regordetas y juguetonas, Juanita y Pepita, así las bauticé. Decidí que pasaran la noche en casa y luego ya veríamos, entraron como si siempre hubieran vivido aquí, se bebieron la leche, jugaron un rato y se quedaron plácidamente dormidas.

Desistí de esperar a que pasaran los calores para coger una gatita pequeña y que aprendiera a vivir en esta casa y se quedaron, aunque dos gatas para cuidar, esterilizar, vacunar y alimentar era mucho gasto para mi maltrecha economía, pero una de ellas, Pepita, se fue por una ventana un día y no la volví a encontrar...
Así empezó Juanita a vivir en casa, comiendo, durmiendo, jugando y creciendo con ese buen carácter suyo. Entre sus preferencias estaba sentirse muy cerca de mi e ir subiendo sus patitas delanteras hasta mi hombro, hasta quedar apoyada como un niño. Desde allí, te tocaba con dulzura la cara, como para que le hicieses caso. Nunca he llevado un arañazo.
Le gustaba aposentarse en el lavabo, especialmente cuando yo estaba en el baño, desde allí, giraba su cabecita y te miraba, apenas maullaba. Yo me preguntaba si algún día necesitaba ayuda (en mi barrio hay algunos gatos un tanto macarrillas) si chillaría como hacía Luna (mi otra gata) y me recordaba a mi misma, de quien siempre me he preguntado si chillaría si un día me veo en un apuro.
Disfrutaba comiendo y metiendo su cabeza entre mis manos...yo estaba convencida de que lo nuestro era pura compenetración...

Ahora que ya era grandecita (algo más de un año) ya salía al patio e incluso se iba de parranda por el barrio, pero volvía cuando la llamaba. Aparecía con su cara sonriente y yo la cogía y la acariciaba y le decía que era una gata muy buena y más dulce que la miel...y era verdad.
Anoche la llamé y no vino. Tampoco volvía inmediatamente cuando la llamaba, se tomaba su tiempo. Pero entonces sonó el timbre y apareció mi sobrina con ella en brazos, la había encontrado en la calle, no se movía. La llevamos corriendo al veterinario. Dijo que estaba muerta. No tenía ningún golpe, no hizo ningún sonido, no tenía ninguna marca. Parece que se atragantó con algo que se metió en la boca y se ahogó. Me consuela que no sufriera, que muriera de forma rápida. Soy yo la que parece que sufre lentamente. Esta mañana no podía parar de llorar. Con estas palabras sólo intento recordarla, agradecer a mis sobrinas el regalazo que me hicieron cuando aparecieron con ella en la puerta, celebrar el tiempo tan bueno que hemos estado juntas.

jueves, 13 de noviembre de 2014

Hablando con mi rabia

Vuelvo a las letras porque son mi mayor vicio.
Siempre acudí a ellas inspirada por sentimientos de alegría, bondad, felicidad....
¡Cuanto más inspira la rabia, la ira...!

Tantas veces oí decir que tenía un buen carácter y yo, que vivo piel adentro,
me encogía de hombros. Ahora he encontrado su traducción.
Llamaban buen carácter a un, tal vez excesivo, control sobre estas emociones

¡Cuantas veces me he ido a pasear,
porque el corazón había empezado a palpitarme muy deprisa,
la sangre a golpear mis sienes
y sentía unas ganas insoportables de abrir la boca y herir con mis palabras en lo más hondo,
allá donde luego es difícil curar.
De machacar, de hundir...casi de destruir.

Es humano que lo injusto despierte el enfado,
más no se si la cólera nos lleva a algun buen puerto.
Y me pregunto si las demás personas también sufren estos ataques,
que te dejan baldada, agotada, casi exhausta o si nací con exceso de rabia,
o se quedó prendida en mi piel en la infancia. 



lunes, 25 de agosto de 2014

La Perdición 2012

Me enseñaron que lo primero es contemplarlo...tranquilamente,
dejar que la vista se empape de sus matices.
Observar su color, su densidad, su capa, el tono del ribete
y me sorprendió su fortaleza, su oscuridad, como la profundidad de unos ojos
que no ocultan que guardan sus propios misterios.

Metí mi nariz en la copa. Olía a pura uva.
Natural, franco, parecía lo que era, un vino de uva.
Era un olor intenso que evocaba su propia vida,
una cuidada selección de la uva,
una buena crianza...

Por fin llegó a mi boca,
llenándola toda con su sabor.
 Sin miramientos ni sutilezas.

Y me dejo el recuerdo de lo bueno y
lo no domesticado,
lo auténtico y lo no hecho para todo el mundo,
lo seductormente salvaje.
La Perdición.


miércoles, 26 de septiembre de 2012

Tejiendo redes

Algunas veces me han dicho que he tejido una red de personas amigas que parece muy sólida. Debe de ser verdad, porque aunque vivo sola y paso bastante tiempo sin más compañia que mi gata, hay a mi alrededor una red que impide que caiga en ese vacío que puede ser la soledad.
Ayer la visualicé, esta hecha de cuerdas de esparto. Unas son más grandes, otras más pequeñas, algunas llevan mucho tiempo en la red, otras son relativamente nuevas, algunas se van gastando e incluso alguna inevitamblemente se rompe...

Hace un tiempo conocí a una mujer que vive en un pequeño valle y con el tiempo he descubierto que ella es una gran tejedora de red, especialmente de redes de cercanía que facilitan las labores sociales y que me han parecido muy interesantes.

Ayer pensaba en las protestas que se están manifestando y sentía que yo quería participar, pero me faltaba algo. Y no sólo para protestar, también para estar, para aportar. Entonces pensé: eso deber ser algo parecido a la participación ciudadana, algo que presiento sano y en lo que yo no he estado. E intuyo que participar es formar parte y seguir tejiendo una red, una red que evite que nadie caiga al vacío.

domingo, 2 de septiembre de 2012

Pepe, no te digo que no riñas al niño, te digo que le digas nada de los maricones

-Pepe, me parece muy bien que riñas al niño, sólo te digo que la forma no es diciéndole nada de los maricones
-blblblblblblblb

-Pepe, si yo en eso te doy la razón, has de reñir al niño, pero no hace falta decirle nada del mariconeo.
-lblblblblblblblb

-Pepe ¿me escuchas? Que en eso yo estoy contigo, pero no necesitas decírselo así, que le afecta mucho al chaval
blblblblblblbl

-Pepe, si no me quieres entender pues nada. Te lo repito, me parece bien que regañes al niño, pero no tienes porque decirle nada de maricones.
-blblblblbl

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-Vale Pepe. Lo que tú digas. Sólo te digo que no vuelvas a decirle nada al niño del mariconeo, que siempre estás con lo mismo.